Saturday, May 10, 2008

TLC ENTRE COLOMBIA Y EEUU, LA VERDADERA CARA DE LA MONEDA


Los tratados de libre comercio entre las naciones, se enmarcan dentro de la llamada economía internacional. El flujo de capitales, el intercambio de tecnología y los factores de producción, son algunos de los aspectos que se tienen en cuenta a la hora de firmar un acuerdo de esta envergadura, ya que es la única forma de garantizar un exitoso resultado para ambas partes.

Las negociaciones del TLC entre EEUU y Colombia, se iniciaron oficialmente el 18 de mayo de 2004 y tras superar varias rondas en el congreso de los dos países, el tratado fue firmado por ambos gobiernos en noviembre de 2006, con unos lineamientos generales que propugnaban por la eliminación de los aranceles y el libre comercio entre estas dos naciones.

Este tratado sería el último que se propone firmar durante la administración de George Bush, tras haber concretado las alianzas de libre comercio con cinco países de centro América, la República Dominicana, Chile y Perú.

Colombia exporta aproximadamente un 16,57% de su producción, equivalente a 171.738 millones de dólares. De los cuales el 35,4% son exportaciones dirigidas a los Estados Unidos, esto evidencia la gran dependencia en materia comercial que hay con este país.

Por su parte el PIB de esta potencia se elevó en 2007 a los 13.220.000 millones de dólares, cifra que minimiza las exportaciones de Colombia, y que notoriamente da ventaja a los Estados Unidos, sobre cualquier nación con la que desee comerciar.

Las negociaciones del TLC entre Colombia y Estados Unidos abarcan los siguientes campos: Bienes industriales, bienes agropecuarios, propiedad intelectual, servicios, inversión, compras del sector público, políticas de competencia, asuntos laborales y de medio ambiente, entre otros.
Teniendo Colombia serias desventajas en su competencia de libre mercado con la potencia estadounidense; razones que se convierten en argumentos de peso para impedir este proceso. Las grandes diferencias en cuanto al tamaño la estructura económica, la infraestructura física y la abismal diferencia en términos de uso y propiedad de los avances tecnológicos; generan un gran desequilibrio entre las economías de los dos países.

En el país solo el 0,1 de las empresas nacionales se consideran grandes empresas, mientras que las medianas, pequeñas y micro empresas constituyen un 99,9 %. Según cifras entregadas por la Cámara de Comercio de Cartagena la posición competitiva de dichas pequeñas y medianas empresas es plena en solo el 35% de ella, intermedia en otro 35% y aguda en un 30 %, lo que hace latente la problemática de desequilibrio para competir en un panorama de libre comercio.
En el ámbito de la economía local, podríamos decir que también se vería afectada con la puesta en marcha de TLC, puesto que el mayor porcentaje de establecimientos comerciales de la ciudad está integrado por micro, pequeñas y medianas empresas, que no tienen desde ningún punto de vista el nivel para competir tecnológica y productivamente con las multinacionales de estados unidos; lo cual generaría un colapso en la economía de los empresarios locales.

EEUU ALIADO O ENEMIGO

El tratado de libre comercio, solo entrará en vigencia si es aprobado por el congreso de los EEUU, hecho que cada día se torna más difícil si se tiene en cuenta la coyuntura generada por las campañas políticas que están implementando los candidatos tanto republicanos como demócratas que aspiran a ganar la presidencia de la potencia para el próximo año.

Aunque el actual gobierno republicano, que mantiene excelentes relaciones diplomáticas con Colombia; está favoreciendo la aprobación de este tratado en el congreso norteamericano, las bancadas demócratas que constituyen la mayoría del congreso estadounidense están mostrando su actitud de oposición ante la propuesta que hasta hace unos meses parecía un hecho.

El otro factor que ha influido en gran medida en la desviación del interés por firmar este tratado, ha sido el clima de rechazo generado por los precandidatos demócratas aspirantes a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama y Hilary Clinton; quienes argumentan la falta de garantías y la vulneración de los derechos laborales en Colombia; además de los altos indicies de asesinato a lideres sindicalistas.

Con esta afirmación, los precandidatos no sólo están desconociendo los grandes avances de Colombia en la protección de líderes sindicalistas, que han disminuido en un 80% en los últimos 10 años, sino que también están usando el caso de Colombia como un elemento de campaña, que busca finalmente propinarle una derrota al presidente George W. Bush, amigo de este tratado, y en esa misma línea al posible contrincante para las elecciones, el republicano John Mackane.

Lo cierto es que Colombia no se encuentra en las condiciones de negociar en un panorama de libre comercio y eso lo deja en serias desventajas para sacar provecho de este; los diferentes sectores de la economía nacional no se encuentran en las capacidades productivas ni tecnológicas para competir con las multinacionales extranjeras y superar su precio que ya viene subsidiado por el gobierno norteamericano.

Las posibilidades para aprobar este acuerdo, en el congreso de EEUU, actualmente están más cercanas a la oposición que a un resultado favorable, conducta reprochable teniendo en cuenta que Colombia es el único “aliado” que tienen los Estados Unidos en sur América, pero más allá de esos compromisos diplomáticos entre el señor Bush y nuestro presidente Álvaro Uribe, quizá eso sea lo que más le convenga al país; o por lo menos hasta que mejore la economía nacional y le dé unas bases solidas para ser competitiva con la de de la potencia mundial.

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