Saturday, May 10, 2008

DESAPARECIÓ EL CALLEJÓN DE LOS ZAPATEROS SIN DEJAR HUELLA


Por 21 años el callejón que comunica en la actualidad al centro uno con la plazoleta de la olímpica, estuvo bordeado por 34 zapateros, a los que popularmente se les llama “remendones” y quienes sacaron de apuros a más de uno, remontándole ese par de zapatos que ya daba por perdido, o a los que por una mala pisada quedaron descalzos en plena vía pública.

El domingo que suele ser día tranquilo y de poca actividad para el común de los cartageneros, no fue un día normal para estos 34 hombres que por años compartieron ese sitio de trabajo, ya que ese dos de marzo mientras muchos dormían en sus hogares; los locales de estos zapateros eran desarmados dejando solo escombros y basura de lo que fue su paso por ahí.

Tomás Ramos, uno de los 34 zapateros, se encuentra hoy miércoles, tres días después del desalojo, tomándose un café sobre un reguero de suelas zapatos y cordones encima de lo que fue su local esos 21 años; Tomás tiene una gran incertidumbre en su cara pues tiene $6´538.000 que depositó el distrito en su cuenta bancaria pero aun no sabe en qué, ni cómo los va a invertir para no quedar el día de mañana sin plata ni trabajo.

Otros con más proyección que Tomás, ya han iniciado un nuevo negocio, es el caso de Orlando Jiménez Martínez, quien en el año 2006 desarrolló dos cursos de zapatería en le SENA, y con el dinero que recibió, adquirió algunas maquinas remontadoras y montó un taller en su casa, Orlando aunque dice con tristeza que esos seis millones no recompensan el trabajo arduo de 21 años, estos le han servido para montar un negocio más organizado y en que pueda ofrecer mejor sus servicios.

La medida implementada por el distrito de cartagena, se llevó a cabo tras dos años de negociaciones, iniciados durante el gobierno de Nicolás Curí Vergara y culminados en el periodo de la alcaldesa Judith Pinedo, quien a través la dirección de espacio público da cargo del Dr. Carlos Julio Milano, le dio continuidad a este proyecto de reconversión económica y finalmente desalojó a los remontadores del sector.

Este programa tiene como objetivo la resocialización de los comerciantes estacionarios dándoles una recompensación económica a los vendedores que se encuentran legalmente inscritos en el programa y que decidan evacuar definitivamente el espacio público, a los que no se acogieron les dan la posibilidad de capacitarse en la SENA , de acceder a un micro crédito y posteriormente hacerse acreedor de un local en el centro comercial Decormuebles; que por estos días está siendo adecuado para el traslado de los vendedores.

Tres de los 34 zapateros que estaban en el callejón, prefirieron no aceptar el dinero que les ofreció el distrito y mejor esperar su reubicación en el centro comercial Decormuebles, ellos no consideraron justo el arreglo al que llegaron sus compañeros con la administración.

José Barrios uno de los zapateros disidentes, demostró su inconformismo mientras arreglaba un par de sandalias que ya venían a recoger, Barrios, con una gran decepción expresó que esos seis millones “no servían para nada” y con la paciencia que lo caracteriza prefirió esperar para ver si podía comprar su localito y seguir en su trabajo como hasta el momento lo había hecho.

las situaciones que están enfrentando los zapateros son diversas y complejas, lo cierto es que la rutina diaria de sentarse en su local pequeñito, de compartir con sus compañeros sobre los afanes de cada día, de echarles piropos a todas las damas que atravesaban el callejón y de llevarse a su casa lo mucho o lo poco que lograron hacer en el día; ya va a ser parte de la historia, de esa historia que se sigue escribiendo cada día y que va dando paso a los tiempos de la modernidad en los que el desorden y la informalidad parecen no tener cabida.

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